Bueno, pues como dice el dicho, “todo pasa y todo llega”; y nuestro Gran Día también llegó y pasó.
Un día en el que puedo decir con mayúsculas que fui FELIZ.
Feliz por estar rodeada de tanta gente querida, que vino de tantos lugares distintos para estar y disfrutar junto a nosotros; feliz porque tuvimos la boda que queríamos (a pesar de la lluvia, que también quiso estar invitada a la fiesta); feliz por la ceremonia, porque fue cercana, personal y muy emotiva, feliz porque tenía junto a mí a toda mi familia, a la que adoro y admiro muchísimo; y sobre todo feliz porque estaba a mi lado la persona que me acompaña en este camino día a día, y que ese día se puso a llorar nada más verme entrar en la iglesia, agarrada del brazo de mi padre.
No tengo mucho tiempo para contaros cómo fue todo, pero os aseguro que a la vuelta de nuestro viaje de novios por Japón y Maldivas os enseñaré todos los detalles.
Así que como os prometí, os enseño un par de fotos realizadas por Javier Berenguer, que aunque aún están sin editar, espero que no se enfade conmigo por compartirlas…
Gracias a todos por vuestras felicitaciones durante estos días. Es como si también hubierais estado ahí, participando de ese día con nosotros.
¡Un beso enorme a todos!